El anunciado a «bombo y platillo» por Pedro Sánchez, Ingreso Mínimo Vital para solucionar la crisis económica de las familias necesitadas como consecuencia de la llegada del COVID-19 está resultando, una vez más, un fracaso sobre todo en Cantabria donde mas de 6 de cada diez cántabros a día de hoy siguen pendientes de resolución sobre su solicitud de prestación.
En concreto el 62% de los cántabros que lo han solicitado todavía no tiene respuesta a día de hoy que traducido en números supone que 5.304 todavía no han obtenido respuesta sobre si recibirán o no esta renta del Gobierno central, que en la región ha sido solicitada por 8.491 personas, de los que 1.688 ya la han recibido y a 1.499 se les ha denegado la prestación.
El Ejecutivo de coalición PSOE-Unidas Podemos ha respondido en un escrito a la pregunta de los diputados nacionales por Cantabria del PP, Diego Movellán y Elena Castillo, reconociendo que es un proceso que el propio Gobierno de Sánchez, reconoce como «muy complejo» y que «exige un análisis extenso de cada solicitud».
Para el diputado del Partido Popular Diego Movellán «se está jugando con las expectativas de miles de cántabros que se encuentran en una verdadera situación de vulnerabilidad», y en su opinión «ha quedado meridianamente claro que la medida estrella del Gobierno ha sido un estrepitoso fracaso en Cantabria».
«Su tramitación ha sido un verdadero desastre» señalaba Elena Castillo, añadiendo que «hay gente que lo necesita y que ha seguido todos los pasos necesarios para solicitarlo, pero finalmente no lo ha recibido a pesar de las promesas de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias».
Que la Administración siempre ha sido una galimatías a la hora de pedir cualquier tipo de subvención es algo que a los ciudadanos ya no les coge por sorpresa, pero lo cierto es que la pandemia todavía ha agudizado más esta situación por la necesidad de las personas de recibir una ayuda o bien estatal o regional para paliar esta situación.
