Santoña está indignada por la decisión adoptada por la Consejería de Sanidad de decretar el confinamiento de la población pesquera el pasado 2 de septiembre sin previo aviso y sin consultarlo con las autoridades locales.
Su alcalde, el socialista Sergio Abascal, se mostraba molesto y sorprendido de la decisión adoptada por Sanidad, sin previo aviso y sin consultar con el regidor y el resto de la corporación local el confinamiento de la toda la población santoñesa y el grave perjuicio económico que ello conlleva para el municipio y sus gentes.
Abascal, no entiende que se hay adoptado esta medida tan grave «sin previo aviso y sin escucharnos» teniendo en cuenta que es «una decisión muy dura» y que por el Ayuntamiento conoce mejor que nadie la situación y «no nos han dado margen a las medidas implantadas» de el Gobierno autonómico.
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El regidor no entiende la dureza de las medidas adoptadas por la Consejería que dirige su compañero de partido Miguel Rodríguez, sobre todo con la hostelería donde entiende que es «injusto y excesivo» su cierre.
Precisamente este sector, la hostelería, ayer se manifestaba en la plaza del Ayuntamiento, en contra de las medidas adoptadas, que les llevan al cierre total de sus establecimientos. Un grave perjuicio económico en un momento donde el turismo es una de las principales bazas para salvar de alguna manera la crisis que estamos viviendo por la pandemia.
SANTOÑESES ACUSA DE «INACCION» AL AYUNTAMIENTO
Por su parte el Partido Santoñeses, acusa al equipo de Gobierno del Ayuntamiento (PSOE:PRC) de «inacción» tras decretarse el confinamiento de la localidad cántabra.
Para Santoñeses, el equipo actual de Gobierno «ha apostado todo a una carta, la de confiar que el verano pasaría rápido y sin mayores complicaciones, esperando que los rebrotes o la segunda ola no llegarían hasta septiembre», pero ha resultado «un cálculo fallido»,por lo que «su inacción y dejadez ha tenido un efecto demoledor sobre una ciudadanía, que ve frustrada, de nuevo, la anhelada vuelta a la normalidad de sus vidas y negocio».
Acusan a la Corporación local de «nula actividad política» durante los meses anteriores y que se podía haber preparado la localidad «para lo que estaba por venir» acusando al Ejecutivo cántabro de campañas promocionales «a todas luces excesiva, del Gobierno regional vendiendo Cantabria como «destino seguro«, hacían presagiar un verano con una gran afluencia turística».
Ante esta situación Santoñeses, denuncia que «la respuesta del Ayuntamiento ante el enorme reto que suponía este verano de la pandemia se ha limitado a apenas unos carteles en playas y paseos y a prohibir aparcar en las calles del monte», añadiendo que «este verano en Santoña ha sido un auténtico suplicio. La sensación de vivir en ciudad sin ley se ha adueñado de muchos santoñeses«.