El Ayuntamiento de Santander que en la actualidad gobiernan PP y Ciudadanos, está estudiando como poner en marcha en la capital cántabra la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) que Europa financiará el 90% de este proyecto que cuenta con un presupuesto global de 788.462 euros y del que el Ayuntamiento sólo tendrá que pagar 80.000.
Esta zona debe estar operativa, por ley, para 2023 y por ello lo más inmediato es colocar unos sensores que recopilen la información sobre la calidad del aire y el ruido y de esta manera poder conocer en profundidad la situación real de la situación de de la ciudad.
Una vez recopilados estos datos, se debe definir la mejor solución que reduzca a hipotética contaminación, si es que existe, a través de la Concejalía de Movilidad Sostenible (PP) que debe ser la encargada de llevar a cabo esta implantación que restringirá el paso de vehículos contaminantes cuando la calidad del aire sea de peor calidad y volver de nuevo a abrir la circulación cuando los niveles de contaminación sean normales.
Según el plan previsto, el centro de la capital estará rodeado de sensores, mientras que en la zona norte, se colocarán en la avenida de Los Castros, en la zona este, en la calle Alcalde Vega Lamera, en la oeste, por el distribuidor de La Marga y finalmente por el sur, en Puertochico.
Con la instalación de estos sensores, el Ayuntamiento contará con una información más detallada, de la contaminación en Santander para analizar en profundidad la situación de la ciudad.
Aunque la idea es abrir y cerrar la ZBE según la calidad del aire de cada momento, el proyecto está aún en una fase muy inicial y falta por concretar cómo se hará y con qué regularidad podrá haber cambios.
De esta forma, César Díaz (PP), concejal de Movilidad Sostenible, indicaba que habrá que tener en cuenta casos particulares como el acceso de residentes, de taxis, de vehículos de carga y descarga… además de tener en cuenta instalaciones como los aparcamientos subterráneos para no aislarlos en los cierres y valorar si hay alguna vía esencial que no pueda cerrarse porque pueda provocar el colapso del tráfico en toda la ciudad, especialmente en horas punta.
en Santander se está estudiando cómo funcionan en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona que ya han puesto en marcha las ZBE para ver cómo se podría adaptar a la capital cántabra y qué inconvenientes puede haber al aplicarse.
El concejal de Movilidad, César Díaz indicaba que la idea es establecer un sistema de aviso para que los vehículos que se acerquen a la ZBE sepan si la zona está cerrada o abierta colocando paneles con toda la información actualizada sobre las áreas cerradas y las alternativas por las que se puede pasar.
Lo primero que debe hacer el Ayuntamiento es sacar a licitación los pliegos para la redacción del proyecto que deben estar basados en unos requisitos marcados por Europa, con el objetivo que esté funcionamiento para el próximo año.
VOX EN CONTRA
El concejal de Vox en el Ayuntamiento de Santander, Guillermo Pérez Cosío, se mostrado contrario a la instauración de la ZBE, en la capital cántabra, mostrando su «oposición frontal y contundente» a que se implante en el centro de la ciudad una zona que restringa el acceso del tráfico.
Así lo ha declarado el edil tras conocer que el equipo de Gobierno (PP-Ciudadanos) se plantea restringir la movilidad de vehículos en el centro.
«Santander tiene unas características muy particulares y muchas personas, en las que no se ha pensado, llegan a nuestra ciudad en su vehículo particular para trabajar o para realizar turismo» ha declarado.
Además, el concejal ha criticado que el Partido Popular –en el equipo de Gobierno con Cs– «impulsa» estas medidas porque «lleva haciendo la guerra al coche desde muchos años con el apoyo de todos los partidos, excepto Vox».
En este sentido, nuevamente ha lamentado que «las políticas globalistas en materia de movilidad sean impulsadas en nuestra ciudad por el PP y hayan empezado hace tiempo con medidas como la eliminación de cientos de plazas de aparcamiento sin dar ningún tipo de alternativa o creando carriles bici sin demanda ni utilización».
«Las últimas medidas que se plantean son las más innecesarias de todas porque obligarán a muchos santanderinos a tener que cambiar de vehículo en plena crisis económica sin que las administraciones propongan ayudas realistas», ha declarado Pérez-Cosío, para quien «no pararán hasta arruinar definitivamente el comercio, la hostelería y hacer imposible vivir o trabajar en el centro de nuestra ciudad».
Por último, Pérez-Cosío ha vuelto a reivindicar que el PP cumpla con el acuerdo del Pleno de agosto que, con una enmienda suya, apoyó la redacción de un Plan de Aparcamiento en el marco de la revisión del Plan de Movilidad.