Los ciudadanos de Cantabria que tengan algún síntoma por leve que sea de catarro, deben quedarse en casa y hacer un PCR para saber si es COVID-19 o un simple y llano resfriado. Esto es lo que ha dicho la directora general de Salud Pública del Gobierno de Cantabria, Paloma Navas, en una rueda de prensa conjunta con el consejo de Sanidad, Miguel Rodríguez (PSOE).

Navas, ha pedido a todos los ciudadanos que tengan síntomas de resfriado que llamen a su medico, se hagan el PCR y se queden en casa hasta esperar a ver si la prueba da positivo o no porque «no hay manera de distinguir el COVID-19 de un catarro».

Paro no se ha quedado ahí la directora general de Salud Pública, sino que además ha pedido a aquellos que se hayan realizado pruebas de PCR que también se queden en casa a la espera d ver que determina el resultado de prueba porque respetar estas indicaciones es «fundamental» para «controlar la pandemia».

Según Paloma Navas, algunos de los brotes identificados en Cantabria tienen como origen a personas que o bien estaban esperando el resultado de una PCR y han hecho «vida normal» sin saber el resultado de la prueba, algo que es un «error gravísimo» así como otras que han pensado que tenían catarro cuando era COVID y se lo han contagiado a terceros propagando el contagio.Sanidad llama a personas con síntomas de catarro a quedarse en casa y llamar al médico para una PCR.

Insistía la directora general de Salud Pública, que algunos de los contagios son «absolutamente evitables y prevenibles» como es evitar los espacios cerrados, donde la posibilidad de transmisión del virus es «20 veces mayor» que en uno abierto, y dejar de llevar a cabo tradiciones como el «blanqueo» o jugar a las cartas o al dominó en bares y restaurantes, así como comidas familiares, limitar reuniones y contactos sociales, es decir, dejar de hacer vida social que es en lo que están desde hace tiempo los distintos gobiernos tanto regionales como el central.

Porque según Navas «no es el momento de celebraciones, no es momento ni tan siquiera para la comida del domingo con toda la familia. No es momento para eso. Es momento para reducir el contacto social a lo mínimo imprescindible» o lo que es lo mismo aislarnos de toda vida social o familiar y recluirnos en nuestras casas.

Cada vez parece más claro que los políticos y quienes les secunda viven una realizada y que los ciudadanos vivimos otra donde la vida social y familiar es algo necesario para las personas y en su afán de tener a la gente lo más confinada posible insisten en el miedo a la posibilidad de contagio.