El Presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, ha mostrado su apoyo a la medida impuesta por su Gobierno a instancias de la Consejería de Sanidad, de instaurar el toque de queda de 1 a 6 de la madrugada, al significar que hay que «aguantar» el verano con medidas «parciales», la impuesta que «afortunadamente» tenido el respaldo judicial, a diferencia de otros lugares de España.
Revilla ha reconocido estar «preocupado» por la entrada de Cantabria en nivel 3 (riesgo medio) por Covid, aunque «no tanto» como hace un año porque la presión hospitalaria «no es tan grave», y ha abogado por «aguantar» el verano con medidas «parciales».
«Con preocupación, pero no es una alarma, yo creo que podemos aguantar el verano con las medidas parciales que se irán tomando, pero siempre teniendo presente que hay que mantener el sector productivo en marcha porque sino sería una catástrofe añadida a la que ya tuvimos el año pasado», ha indicado Revilla.
Así mismo cree que «no es comparable, ahora mismo no hay una angustia hospitalaria, pero la preocupación sigue estando presente», en relación con el verano pasado donde e alcanzaron los 460 hospitalizados y 50 ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Para el regionalista «esta ola iba a ser general y no se iba a escapar nadie», como ya dijo en su momento y «el virus se comparte de forma bastante homogénea en todo el territorio», apuntado que hace unos días Cantabria era la primera, junto a Cataluña, en casos por cada 100.000 habitantes, y ahora es la sexta.
Ha dicho además que «no podemos ya cargarnos al sector, ya bastante deteriorado, de la hostelería», ha valorado Revilla, que ha añadido que «afortunadamente» la presión hospitalaria, que sigue subiendo, «no es tan grave» como la de hace un año.
Ha reconocido que de los ingresados en Valdecilla 12 tienen la doble vacuna pero «eso no es que la vacuna sea mala, es que la vacuna es eficacísima, pero no al cien por cien, como todas las vacunas».
Por último el Presidente regional ha dicho que «hay dos cosas que hay que hacer», una es «tener muchísimo cuidado» y, tal y como recomienda, que la mascarilla «no se la quite nadie a no ser que esté muy al aire libre y no tener cerca a nadie», y la otra es avanzar con la vacunación.
«Aguantar en este chaparrón esperando que al final del verano tengamos vacunados con dos dosis cerca del 70-75 por ciento y podamos hablar de una inmunización de la población ya masiva», ha concluido Revilla.