Este jueves era el turno para los forenses en el caso donde se juzga a José Reñones como autor del doble crimen de Eva Jaular y su bebe de once meses en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Cantabria, donde se le pide una pena de prisión permanente revisable por el asesinato de su hija y otros 26 años de cárcel por de su expareja.
«No tiene ninguna alteración mental grave» señalaban los forenses del Instituto de Medicina Legal de Cantabria que examinaron al acusado y además «tiene un juicio de realidad conservado, al no tener alterada su capacidad volitiva y cognitiva, mientras que la intelectual entra dentro de la normalidad».
Así consta en el informe realizado por los dos peritos dando todo tipo de detalles con respecto al informe de imputabilidad que confeccionaron en su momento tras la entrevista de una hora con el acusado, teniendo en cuenta sus antecedentes médicos y otros informes de distintos profesionales de la Psiquiatría.
Los dos peritos detallaban que el acusado era consumidor de drogas y de alcohol llegando a señalar el propio acusado que a veces consumía diez latas de cerveza al día, aunque no tenía ningún tratamiento toxicológico. Además, tres meses antes del fatídico 16 de diciembre de 2021, le detectaron un tumor cancerígeno del que fue operado y por el que recibió tratamiento de quimioterapia.
Reñones «negó en todo momento su participación en las muertes de su hija y su pareja», señalan los forenses en la entrevista que le realizaron, insistiendo en que el acusado «Decía que el no había intervenido y que no había pruebas. Que Eva tenía droga y debía dinero y podía haber entrado gente a la casa».
En su declaración los forenses indicaban que durante su entrevista Reñones hablaba de «una relación fantástica, maravillosa, especial…», pero que como consecuencia de que el comenzó a trabajar, según el, esa relación empezó a cambiar.
«Aseguró que ella tenía brotes y que le seguía con un cuchillo, que Eva consumía más que él y que tenía más problemas» indicaban los forenses y que el acusado «no entendía porque ella lo había denunciado y quería que entrara en la cárcel», sorprendiéndoles que «un relato tan duro no produjese una afectación emocional» a Reñones, mostrando «frialdad» en la descripción de su relación, detectando además rasgos de personalidad como «narcisismo», «falta de empatía» o tendencia a «echar las culpa a los demás, tal vez para no sufrir», que consideran no se deben a ningún tipo de trastorno.
Una sesión la de este jueves que tenía la presencia de las dos forenses que llevaron a cabo las autopsias de la mujer y la bebe asesinadas destacando la «gran violencia» llevada a cabo contra ellas calificándola de «brutal», señalando que «lo más probable es que las mataran allí», en referencia al patio trasero donde fueron halladas al día siguiente por la Guardia Civil.
Las forenses detallaban que Eva murió por las heridas múltiples penetrantes con arma blanca que recibió en tórax y abdomen recibiendo un total de seis las puñaladas o cuchilladas, al no conocerse el arma del doble crimen, por no haberse encontrado aunque se sabe que es un «arma monocortante, muy afilada, con una ancho de hoja de al menos 1,1 centímetros, y de tipo recto», apreciaron hematomas y otras lesiones en distintas partes del cuerpo Eva lo que determina que «intentó zafarse de la agresión» y «No se quedó quita».
En cuanto al bebe, esta falleció por asfixia, recibiendo además una puñalada, tras haberle levantado la ropa con anterioridad que llevaba puesta a excepción del el bodi.