La Delegada del Gobierno, la socialista Ainoa Quiñones, ha negado que avisara al presidente regional, Miguel Ángel Revilla, antes de que la Policía y la Agencia Tributaria entrara en la Consejería de Obras Públicas, por las presuntas irregularidades en adjudicaciones del Servicio de Carreteras y dice que le llamó a las 7.43 horas, cuando ya habían entrado los agentes y le ha dicho que debe «revisar» las llamadas de su teléfono.
Revilla en su comparecencia este pasado viernes, en una respuesta a la prensa, indicó que la Delegada del Gobierno le había avisando a las 7.20 horas, 10 minutos antes de que la Policía, en la sede la Consejería de Obras Públicas, lo que «puede ser constitutivo de delito según el artículo 466 del Código Penal”, según el portavoz de Ciudadanos, Félix Álvarez, que esta tarde interpelará al presidente del Ejecutivo en el Parlamento cántabro sobre este asunto.
“Es imposible que yo a esa hora le avisara al presidente de que iba a haber en un futuro una intervención. Yo creo que hay un matiz bastante importante entre avisar e informar, que es lo que hice”, ha señalad este lunes Quiñones.
Quiñoes ha justificado su llamada a Revilla porque “este tipo de llamadas, informar al presidente de la comunidad autónoma, la máxima autoridad del Estado en la comunidad autónoma, es lo que debo hacer”.