La obra de transformación del edificio de la sede central del Banco Santander en un museo avanza a buen ritmo, pero ha surgido un problema estructural: El vaciado de las dos alas del edificio del Paseo de Pereda ha dejado sin sustento las fachadas, ya que se ha visto que la cimentación es débil y que todo el edificio está construido sobre un suelo ganado al mar, que no ofrece una base sólida.
Los tabiques interiores del inmueble servían de refuerzo y daban estabilidad al conjunto del edificio y su vaciado ha dejado sin suficiente sustento al conjunto.
La reacción del equipo de arquitectos ha sido rápida y desde hace dos meses se instala un entramado metálico que sujeta tanto la fachada norte como la sur.
Las estructuras metálicas son espectaculares y demuestran que el proyecto Pereda, como se denomina esta obra, cuenta con el apoyo absoluto del banco, ya que la obra que se lleva a cabo se aborda con todo tipo de precauciones y medidas de seguridad.
Lo cierto es que no se ha informado con claridad de la razón de esa estructura de sujeción que está ya próxima a terminarse, pues tan sólo queda de instalar la zona sur más próxima a la plaza Porticada.
El banco Santander aborda tanto la reforma de su sede principal en un museo que marcará el futuro de la ciudad como la adecuación del inmueble del antiguo Banesto en la nueva sede central del Santander y lo hace con un trato delicado, salvando todo el valor patrimonial y artístico de ambos inmuebles.
De la sede principal, ya vaciada completamente en su interior, se guardan todas las obras de arte y ornamentales de forma que en el futuro se puedan reproducir antiguos despachos, salas de reuniones, etc.