La abstención del PRC en la votación para la investidura del pasado lunes, propició que la candidata del PP, María José Sáenz de Buruaga, fuera proclamada como nueva Presidenta de Cantabria, con los únicos votos de su partido que le deban la mayoría simple necesaria en esta segunda convocatoria, tras el acuerdo alcanzado entre la propia Buruaga y el líder regionalista Miguel Ángel Revilla.

Desde las propias filas del PP y la misma Buruaga, han insistido que es solo un pacto para la investidura y que no hay nada más por detrás, aunque en su momento Revilla dijera que como condición para su abstención pedía que no se llevaran a cabo comisiones de investigación en las consejerías que deja principalmente el PRC.

Pero la pregunta que surge es ¿es un pacto de investidura o de legislatura?, porque Buruaga va a tener que gobernar en minoría lo que supone, si realmente no hay ese pacto con el PRC, que tendrá que negociar con los partidos que haya en la oposición para sacar adelante cualquier iniciativa que quiera, tanto presupuestos generales, como leyes o decretos.

En principio se descarta al PSOE por razones obvias, aunque visto lo visto con el PRC, todo puede ser. Con Vox, lo tiene mal después de despreciarlos para llegara a un acuerdo estable durante toda la legislatura y como se vio en sus investidura, su voto fue «No» a investir a Buruaga como presidenta.

Que le queda al PP, el partido de Revilla, el PRC, con el que ha pactado la investidura desde el minuto uno sin dejar margen a otras opciones por aquello del empeño de Buruaga de gobernar en solitario, sin mayoría absoluta.

El tiempo es ese aliado que suele dar y quitar razones, y se verá por donde camina este nuevo Gobierno popular, pero convendría conocer de forma pública el acuerdo firmado con los regionalistas, por aquello de despejar dudas, si es que se pueden despejar, porque muchos votantes, afiliados y simpatizantes de PP está decepcionados y se sienten engañados por la decisión de Buruaga de pactar con Revilla, tras una campaña electoral basada en ir en contra de los regionalistas.