Las investigaciones sobre el accidente en la calle Castelar, que ocasionó la muerte le pasado viernes del joven motorista de 19 años, Bret Elorza, parece cargadas de cierta confusión, al menos es lo que está trascendiendo públicamente, ya que si en un principio la Policía Local de Santander dijo que le conductor del vehículo, Bryan Barroso, de 26 años, tenía le carnet retirado por el Juzgado n1 de lo Penal, ahora rectifica y dice que si había recuperado su carnet.
Este martes ha tenido que salir a rectificar, señalando que Barroso, había realizado el curso tras retirarle el carnet y ya le había vuelto a recuperar pero que no constaba en la base de datos de la Dirección General de Tráfico.
LOS CONDUCTORES NIEGAN IR PICADOS
Los dos conductores implicados en el accidente del pasado viernes que le costó la vida al joven motorista de 19 años, Bret Elorza, en la calle Castelar de Santander han negado ante el juez que «se picaran» entre ellos, como apunta el informe de la Policía Local de Santander.
Ante el Juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Santander, que está llevando las diligencias del caso, que le envió a prisión Brayn Barroso, de 26 años, señaló que venía de casa, iba solo en su vehículo y llegaba «tarde» a un cumpleaños.
En su relato al Juez, Barro le indica que al parar en el semáforo de la entrada del túnel del Centro Botín, «se dio cuenta de que venía un coche a la izquierda» y que le adelantó por el carril bus, una vez en la rotonda de Puertochico «lo volvió a ver y parecía que le iba a embestir», por lo que llevo a cabo «una maniobra para evitar el coche» que «invade el carril y colisionó con la moto» produciendo la muerte al joven de 19.
Además, según su testimonio, al que ha accedido Europa Press, «no se miraron por la ventanilla» y «no se picaron» y cree que «que no podía ir a más de 70» kilómetros/hora y que, al subirse a la mediana de la calle Castelar, donde se produjo el impacto, intentó «frenar» pero el coche «no le responde».
En su declaración indicó que «no consume drogas», y sólo había tomado tres cervezas pese a que según el atestado de la Policía Local, tanto él como el otro conductor implicado, dieron positivo en varias sustancias.
El otro conductor implicado en el accidente mortal, Adrián Bedia, de 31 años, declaró que iba a cenar con su novia a una hamburguesería de la S-20 y cuando iban en su coche por la recta del semáforo que está enfrente del Centro Botín vio un Audi «que venía muy deprisa».
Que una vez llegaron a la rotonda del Paseo de Pereda «vio que el otro venía muy rápido» y que «se metió a la izquierda y al entrar tan rápido el contraperalte de la rotonda le giró el coche», pero que «en ningún momento iban en paralelo» ambos vehículos, ni tampoco «venía picado» con el otro coche.
Que iba sobre «los 50 no 60 kilómetros» y el otro vehículo, «al subirse al peralte por ir rápido, se le despegó el culo» y «ya estaba derrapando» cuando él entraba en la rotonda hacia Castelar, y que una vez ocurrido el accidente paró su vehículo.