Se suele decir que «Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo espanta a las moscas» y eso es lo que parece que les ha ocurrido a Izquierda Unida-Podemos que ha tenido la «brillante» idea de pedir al Ayuntamiento de Santander que implante la tasa turística para que se aplique antes del periodo estival de 2024, con el fin de ayudar a sufragar los servicios públicos en temporadas altas.
Esta era la propuesta adelantada este martes en rueda de prensa por el concejal de la formación de extrema izquierda, Keruin Martínez, que planteará esta medida en el pleno municipal que se celebrará el último jueves de este mes de enero.
Martínez señala que desde IU-Podemos “Queremos que el Ayuntamiento siga la vía que cada vez toman más ciudades en nuestro país y en toda Europa”, y por eso piden se lleven a cabo los estudios y comparativas pertinentes para disponer de los medios materiales y logísticos que permitan implantar esta tasa en Santander.
El representante de la coalición de izquierdas indicaba que esta tasa se suele cobrar al viajero en el hotel o al reservar el billete de avión, y según el, cada vez más común en ayuntamientos para invertir en medidas de preservación, desarrollo y promoción de las infraestructuras y actividades turísticas, como conservación del patrimonio y sostenibilidad.
“Cada vez es más común la aplicación de esta tasa, que para el turista es un coste residual y no le disuade de elegir una ciudad sobre otra, pero que para el sector y, sobre todo, para la ciudad es una inyección importante que se debería destinar a mejorar el patrimonio cultural, y es imprescindible para compensar el coste extra de los servicios públicos que se tensionan en temporadas altas”, señalaba Keruin Martínez.
Según Martínez este impuesto está en diferentes fases de implantación en varios ayuntamientos españoles de Cataluña o Baleares, Sevilla o San Sebastián donde se aplica una cantidad “fija y casi simbólica por cada noche que se pernocte en la ciudad”.
Y es que para Martínez, “es importante que tengamos claro que el modelo de turismo que se lleva promoviendo parece ser inviable en el medio y largo plazo”, y para el y su formación de izquierdas, Santander no puede seguir el camino de otros ayuntamientos.
Porque para Keruin Martínez Santander “No podemos aspirar a ser el Benidorm del norte, porque eso solo acaba en un sector precario, un perjuicio para el pequeño comercio por la injusta competencia con grandes superficies y afecta especialmente a la convivencia con los vecinos”.
Se trata de defender y promover un turismo “consciente, responsable y que aporte al beneficio de la ciudad de un modo que no les supone una diferencia en su viaje, pero que sí implicaría un mayor cuidado en el patrimonio público”.
Ideas brillantes de una extrema izquierda empeñada siempre en imponer impuestos siempre por todo, en este caso al turismo fuente principal de ingresos de esta comunidad autónoma y que ojalá pudiera ser el Benidorm del norte, que supondría una inyección económica extraordinaria para la ciudad, sin cobrar tasas turísticas como hacen allí.