Las elecciones de este pasado domingo han dejado varios titulares pero el que más refleja lo que ha pasado el del «fin del Revillismo», que deja bien a las claras lo que los cántabros le han dicho al líder regionalista, Miguel Ángel Revilla, que es momento de decir adiós y dejar la política a sus ochenta años.

Estos último cuatro años, han sido determinantes para que los cántabros hayan decidido que Revilla, ya no podía seguir siendo el Presidente de esta comunidad autónoma, por los continuos errores que ha venido llevando a cabo en su gestión al frente del Gobierno regional.

Miguel Ángel Revilla llegó a creerse que el era el líder indiscutible de Cantabria, que su figura estaba por encima de la siglas del partido, que su presencia cautivaba a los ciudadanos por su verborrea fácil y por sus constantes apariciones en las televisiones en programas como el «Hormiguero» o en la Sexta, donde se dedicaba a dar lecciones a todo el mundo, eso si menos a Sánchez, a quien de forma incompresible se ha abrazado políticamente.

Un político importante de esta región llegó a decirme que «Revilla tenía buen olfato para la política», pues bien en esta ocasión, Revilla no olió bien a negatividad que le aportaba apoyar a Pedro Sánchez de forma incondicional en el Congreso de los Diputados, con un diputado como José María Mazón, que votaba con el PSOE, todo lo que proponía el Gobierno PSOE-Unidas Podemos.

A esto hay que añadir la pésima gestión llevada a cabo de la pandemia, donde inhibió por completo de su responsabilidad como Presidente, cediendo el mando de la comunidad autónoma al PSOE, por medio de un nefasto consejero de Sanidad, como Miguel Rodríguez, que impuso sus doctrinas dictatoriales, llevando a muchos empresarios, en especial de hostelería a la ruina más absoluta.

El balance económico no puede ser peor, sin proyectos, sin empresas que lleguen a Cantabria, al contrario, algunas de ellas a punto de abandonar la región o cerrados sus hornos. A última hora forzando proyectos de difícil viabilidad, como «La Pasiega» o el MUPAC, más diseñado para que el socialista Pablo Zuloaga, tuviera allí su «chiringuito» particular.

El pecado de Revilla ha sido no saber dar un paso atrás en su momento e ir dando cabida a una nueva figura que fuera capaz de sustituirle. Al contrario, ha querido seguir acaparando todo el protagonismo, pensando que era el virrey de Cantabria, y esto ha llevado ahora a que en el PRC, se miren los unos a los otros preguntándose «¿y ahora que?».

El batacazo electoral es de tal calibre, que algunos en el PRC empiezan a pensar que es el principio del fin del partido, donde ahora empezará la guerra interna para ver quien es el que sustituye a Revilla al frente del partido. Hay quien busca semejanzas con la UPCA, de Juan Hormaechea, cuando este fue inhabilitado de forma torticera, el partido acabó desapareciendo.

MARCANO DESAPARECIDO

Marcano, ni está, ni se le espera. Su vuelta a la política ha sido un auténtico fracaso para el PRC, que confiaba en el como el sustituto natural de Revilla, pero que su paso por la consejería más importante del Gobierno como es la de Industria, Turismo, Innovación, Transporte y Comercio, ha sido un fiasco y como comentaba algún miembro de su partido en la noche electoral, solo ha venido «para sus mierdas».

Lo cierto es que Marcano, no ha sido el de la anterior legislatura en la que estuvo en el Gobierno, donde mandaba, controlaba y sabía como gestionar su consejería, el entorno y los medios de comunicación.

Este Marcano de su vuelta ha sido errático, preocupado solo de «tontear» y no gestionar, en una consejería que le venía grande como es gestionar la industria, el comercio o la innovación, que deben ser la calve del crecimiento de una región y que en sus dos años al frente de ellas no ha conseguido atraer empresas a Cantabria.

Eso si, el «Año Jubilar Lebaniego», que no se lo quiete nadie, aunque ahora se quedará sin «su juguete» preferido donde de nuevo se ha vuelto a despilfarrar todo el dinero del mundo como ya ocurriera en al anterior edición que capitaneó, que no tendrá ninguna repercusión de vuelta económicamente para Cantabria.

Javier López Marcano ha sido la gran decepción del PRC, que veían en el la salvación del partido con la salida natural de Revilla, que no ha sabido capitalizar su vuelta como se esperaba.

GUERRA INTERNA EN EL PRC

Desde hace un tiempo, existe una guerra interna dentro del PRC, que la figura de Revilla ocultaba, pero que con el batacazo electoral empieza a aflorar de nuevo, por el control del partido.

La salida de Revilla, abra la puerta a su sucesión al frente del PRC y ahí está la figura, descartado Marcano, de Guillermo Blanco, que ha llevado una buen gestión al frente de la consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y que es el más claro candidato para hacerse cargo del partido.

Y es que la otra candidata a ser la nueva dirigente del PRC, la consejera de Presidencia y Justicia, Paula Fernández, no tiene carisma, ni es conocida por los ciudadanos de Cantabria, lo que supone un serio hándicap para dirigir la reconstrucción de los regionalistas.

Lo ocurrido en el Ayuntamiento de Santander, con la destitución de un histórico como José María Fuentes-Pila, que había conseguido 5 concejales y que de seguir tenía opciones claras de haber sumado alguno más en estas elecciones, para poner un «chico guapo» como Felipe Piña, al que nadie conocía políticamente en la capital cántabra ha supuesto un fiasco absoluto porque se había involucrado Revilla como no lo hizo nunca con Fuentes-Pila, pasando de 5 a 3 concejales, en un retroceso brutal de los regionalistas.

Las próximas semanas serán determinantes para ver como queda el panorama del PRC ya fuera del Gobierno regional y sin capacidad de gestión, con ayuntamientos importantes en aire que también podría quedarse sin ellos.