La nueva actualización del semáforo covid de la consejería de Sanidad del socialista Miguel Rodríguez, ha elevado hasta 50 municipios de la región al nivel 3 de alerta sanitara, por lo que eun principio se deberían aplicar las restrcciones previstas en esos casos entre ellas la del cierre del ocio nocturno, como ya avanzó el consejero el apsado jueves.
Todos aquellos muncipios de la comunidad cántabra con más de 5.000 habitantes han sido elevados a este nivel 3 de alerta sanitaria entre ellos Santander y Torrelavega, los dos grandes núcleos de población de la región.
Pero lo cierto es que hay serias dudas sobre la legalidad de la medida de poder cerrar el ocio nocturno, como ya determinó el Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC) en su resolución del pasado 15 de diciembre, donde declaraba «Nulo» el cierre «las discotecas y salas de fiestas, bares especiales, pubs y whiskerías». decretado el 15 de agosto por la Consejería de Sanidad, al resolver que el régimen de delegación de atribuciones para dictar normas restrictivas de este derecho, no alcanza a las facultades o competencias de un Consejero de una Comunidad Autónoma.
En principio las medidas deberán entrar en vigor a partir de esta medianoche, en los ayuntamientos con mayor incidencia del virus -los más poblados y todos los que tiene más de 5.000 habitantes- no podrá abrir el ocio nocturno.
Y al tiempo, en los mismos se reducirá el aforo en actividades deportivas o culturales, según ha indicado este lunes el director general de Salud Pública, Reinhard Wallmann.
En el nivel 3 de alerta sanitaria se condiciona la apertura de los locales de hostelería y restauración a la utilización de medidores de CO2 y el acceso debe realizarse con pasaporte COVID, además de estar permitido un aforo en el interior del 75%, con seis personas por mesa.
Además, el comercio minorista debe limitar su aforo a un tercio, igual que los velatorios y funerales o las instalaciones deportivas, mientras que en los equipamientos culturales es del 50% y con grupos máximos de seis personas.
Todo ello teniendo a un 90% de la población de Cantabria vacunada y siendo la variante de ó,icrom mucho menos agresiva que las anteriores ya que en la mayoría de los casos las personas son asintomáticas o lo pasarán como una gripe normal, sin una presión hospitalaria alarmante.