El Congreso de los Diputados ha decidido sacar al lobo del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (LESPRE), de esta manera se devuelve el control de la especie a las comunidades de Cantabria, Castilla y León, Galicia y Asturias, tres años y medio después de que el Ministerio de Transición Ecológica lo incluyera en este listado y prohibiera su caza, algo que va a permitir al Gobierno regional que vuelva a poner en marcha el Plan de Gestión del Lobo para que se pueda extraer 40 ejemplares como máximo.
Los votos de PP, Vox, EAJ-PNV, Junts y UPN, han sido determinantes para esta decisión que la semana había tenido el visto bueno en el Senado donde se instaba al Gobierno de España a iniciar los trámites para sacar al lobo ibérico del LESPRE, algo que hoy se ha hecho realidad tras conseguir el PP introducir esta enmienda en el debate sobre el Proyecto de Ley de prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario.
Con esta salida del Lobo del LESPRE ahora se podrá controlar la situación que esta especie está generando en las explotaciones ganaderas en las comunidades autónomas, entre ellas Cantabria, a las que les afecta la presencia de este animal.
Los socios de Gobierno de Sánchez, que han propiciado esta nueva derrota parlamentaria del Ejecutivo, han aprobado esta salida del lobo por la necesidad de «proteger» a los ganaderos del norte del país de la creciente actividad lobera tras el gran incremento de las manadas de lobos que se han detectado a lo largo de los tres últimos años en los que la especie ha estado protegida, y por eso quieren «de una forma responsable», un control de la especie.
El PP justificaba en la enmienda que «La legislación española establece que los cadáveres de animales, incluidos los muertos por ataques de lobos, deben ser gestionados conforme a las normativas sanitarias para prevenir riesgos de enfermedades. En consecuencia, solo los residuos de los cadáveres de ganado generados en un año por ataques de fauna silvestre suponen un impacto en la generación de alimento de explotaciones ganaderas de 4 millones de kilos de carne, dado que fueron más de 14.000 las reses muertas entre terneros, vacas, potros y ovejas».