El informe anual realizado por el Colegio de Economistas sobre la situación económica y social de las diferentes autonomías confirma que Cantabria sigue en el año 2024 creciendo menos que la media nacional. Es decir, no es capaz de mantenerse en el mismo ritmo que la media española.
En el año 2024 el crecimiento el PIB ha sido positivo, es decir ha aumentado, pero menos que la media española. Esta circunstancia se mantiene n otros parámetros importantes.
La economía regional sigue sin despegar y cada año baja ligeramente en cuanto al conjunto nacional. Únicamente sectores como el Puerto o el turismo presentan unos datos esperanzadores.
En la presentación del informe, en la mañana del 22 de abril, que patrocinan el Banco Santander y El Diario Montañés hubo una expresión que se repetía: “Cantabria está por debajo de la media en el sector terciario y eso supone una oportunidad para crecer en ese nicho”. Una manera de decir que los errores presentes pueden ser positivos porque permitirán en el futuro enmendar los fallos. Esto no es más que una manera de endulzar la mala evolución de Cantabria.
El presentador del informe dijo una frase que bien puede ser el resumen del informe: «Si Cantabria no adopta medidas muy radicales en materia fiscal o en derribo de barreras burocráticas que marque realmente una diferencia con otras comunidades la tendencia seguirá siendo negativa».
Uno de los aspectos en los que incide el informe es en la necesidad de reducir cargas fiscales y en aligerar mucho las trabas administrativas y el exceso de regulación.
La previsión para el año actual, 2025, sigue siendo que Cantabria crecerá por debajo de la media de España.
La importancia de las infraestructuras en el desarrollo del territorio es uno de los puntos fuertes del informe. En este terreno Cantabria padece severas carencias y solucionarlas llevará -en el caso de que se tomen decisiones reales- varios años. Esto supone que nuestra comunidad tiene por delante otra etapa de pérdida de potencia respecto del conjunto de la nación.