A pesar de la polémica y de las continuas peticiones de distintos colectivos, finalmente ayer echó a andar la polémica obra del artista cántabro Okuda, en el Faro de Ajo.
El mural, que el artista realizará en el monumento más emblemático de la localidad cántabra, va a costar 75.000 euros que subvencionará el Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Bareyo y la Junta del Puerto, para transcurridos 10 años volver a dejarlo como estaba regresando a su estado actual.
Un gasto poco comprensible con dinero público para una obra temporal que no se ha entendido muy bien en el ámbito social, para «decorar» un monumento emblemático como es el Faro de Ajo, donde algunos han cuestionado el poco respeto por la tradición y la historia.
Okuda, sobre las críticas a su obra, llegó a decir en su momento «¿Qué problema hay por pintar una pared blanca? En este caso, es un faro, un cilindro blanco, que se puede volver a pintar de blanco. No estamos tapando la catedral de Salamanca». Por eso ahora se muestra satisfecho de haber comenzado su obra señalando estar «muy satisfecho» de iniciar su obra por «la riqueza natural y la diversidad de su obra» que es fundamental.