La presión a podido con la directora de Atención Primara del Servicio Cántabro de Salud (SCS) Beatriz Josa y finalmente ha presentado hoy su dimisión tras salir a la luz pública que llevó a vacunarse a su madre de 87 años, el 12 de enero al centro de salud de Nueva Montaña mientras se estaba llevando a cabo el reparto del SCS del 061, procediendo a su vacunación.
La dimisión se ha dado a conocer en una nota de prensa en la que el SCS ha informado del envío a los centros de salud de un protocolo sobre cuándo y cómo actuar cuando sobre alguna vacuna de las programadas y ésta pueda echarse a perder, tras la polémica desatada por este caso.
Según ha relatado la gerente de Atención Primaria, Alicia Gómez, los hechos se produjeron el pasado 12 de enero cuando la Directora de Atención Primaria, llevó a vacunar a su madre, de 87 años al centro de salud de Nueva Montaña cuando se estaba llevando a cabo de vacunación del personal del servicio de emergencias 061 donde se habían enviado los viales con las dosis necesarias, conforme a la relación de trabajadores pedida y remitida previamente.
Gómez continuaba su relato indicando que, aunque los viales coincidían con el número de empleados del listado, sobraron «dos dosis», de las que dio cuenta la coordinadora, así como también de que no encontraba en el centro a «nadie» sin inmunizar ya que «todo el mundo» se había puesto ya la vacuna.
Ante esta situación, y teniendo en cuenta que el suero solo se puede administrar en las seis horas siguientes a su descongelación, la coordinadora llamó a la directora médica, ya que a ella no se le ocurría a quién poner las dosis sobrantes, en ese momento Beatriz Josa planteó la posibilidad de administrar la vacuna a su madre, de 87 años, y tuvo que «dar mil vueltas» para que alguien acercara a la mujer al centro, siendo finalmente un familiar quién la llevó.
Según Alicia Gómez, el Servicio Cántabro de Salud y la Gerencia de Atención Primaria no han actuado con la «suficiente previsión» ya que ante las dosis sobrantes, la única recomendación que tenían es «que se aprovechen», porque «no se pueden perder» las vacunas por eso se decidió vacunar a la madre de Josa porque «era lo que había que hacer: optimizar las dosis, no tirarlas».
Ahora se está a la espera de la decisión que se adopte desde la Consejería de Sanidad aunque Alicia Gómez, rechazó ayer esa renuncia verbal que le hizo Josa, señalando que «primero dimito yo. Así de claro», porque «más ético no ha podido ser» ya que para ella se ha actuado «con total transparencia».