Algo no suena bien en la dimisión presentada ayer por el director del Instituto Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Santander (IMD) Fortunato Porras (Cs), después 8 meses en el cargo, tras conocerse que una persona del su entrono familiar había sido contratada por un club que recibe subvenciones municipales.
Según el comunicado emitido por ayuntamiento santanderino, una vez reunido el el Consejo Rector del IMD, la concejala de Deportes, María Luisa Sanjuán (Cs), mantuvo una reunión con Fortunato Porras y con el portavoz del Ayuntamiento, miembro de ciudadanos también, Javier Ceruti, que llevó a Porras ha presentar su dimisión según la nota «por responsabilidad» y porque lo sucedido «no es compatible con el código ético de Ciudadanos».
No parece que la nota aclare demasiado lo ocurrido que ha llevado a la dimisión o cese encubierto (que es lo que parece más bien) ya que según esa nota remitida, el ya ex-director del IMD, no es responsable porque «no he tenido participación alguna en la mencionada contratación». Parece extraño que si Porras no ha tenido nada que ver con este asunto, lleve a su «dimisión» o cese de forma tan fulminante.