No cabe ninguna duda que el COVID-19 a quien realmente afecta en cuanto a muertes se refiere es la personas consideradas de la tercera edad y concretamente a los que se encuentran en residencias de mayores como lo refleja el dato que 58,7% de las personas fallecidas por coronavirus provenían de esos centros.
De los datos aportados de las 359 que han perdido la vida en Cantabria desde que se inició la pandemia en el mes de marzo, 211 residían en los centros de la tercera edad de la región, un dato que deja bien a las claras donde hay que poner el foco de atención y cuidado para evitar seguir elevando el número de muertes en la comunidad autónoma.
Por otro lado, el Estudio Nacional de Seroprevalencia ENE-COVID’ indica que el 6,3% de la población cántabra ha pasado el Covid-19, una cifra algo más de dos puntos superior a la registrada en la oleada anterior del estudio, que fue del 3,7 por ciento de la ciudadanos de la región.
Según los datos de la segunda quincena de noviembre, el porcentaje de personas que actualmente tienen anticuerpos IgG en Cantabria se sitúa en un 4,8% y con datos globales de las cuatro oleadas, en el 6% según el estudio elaborado por el Ministerio Sanidad junto al Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el Instituto Nacional de Estadística (INE) y las comunidades autónomas.