Lo venían anunciando desde hace días tanto el Consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez (PSOE), el nuevo director general de Salud Pública Reinhard Wallmann y ayer el presidente regional Miguel Ángel Revilla, que iban a «castigarnos» por las Navidades y hoy han cumplido con esas amenazas.
A partir del sábado 16 de enero, Cantabria prohibirán abrir los centros comerciales, los fines de semana, aunque se supone que se refiere sólo a los sábados porque no hay previsto que habrán los domingos, como medida para contener el avance los contagios por COVID-19.
Además se prohíbe la presencia de espectadores en los eventos deportivos otra vez, incluido el Racing, y se reduce el aforo en los actos culturales al 33%, según informaban esta mañana tanto Miguel Rodríguez como Reinhard Wallmann, que esté último ya aviso en la toma de posesión de su cargo señalando que había que cambiar «del modo Navidad al modo pandemia» y se quedó tal cual.
La comunidad cántabra mantendrá el cierre perimetral y el toque de queda de 22.00 a 6.00 horas, además del cierre de los establecimientos interiores de hostelería, que es lo mismo, prácticamente, que cerrarles totalmente. De momento no se contempla cerrar los municipios.