Finalmente Cantabria no abrirá su perímetro de la comunidad autónoma para la llegada de turistas esta Semana Santa tras el acuerdo alcanzado este miércoles entre el Ministerio de Sanidad y las propias comunidades autónomas en el Consejo Interterritorial, aunque se abre la posibilidad de que se establezca el toque de queda desde las 23,00 horas.
Un nuevo palo para el sector de la hostelería que esperaba recuperar algo en estas vacaciones de Semana Santa y que ahora sólo tendrá que ver como el único ingreso que tengan sea de los propios ciudadanos de Cantabria.
El Presidente regional, Miguel Ángel Revilla, era consciente de que se iba a adoptar esta decisión y pedía sacrificar esta Semana Santa, manteniendo que «vamos a aguantar un mes para tener un verano casi normal».
Algo difícil de comprender para los hosteleros, que de nuevo vuelven a ser los grandes sacrificados por las decisiones de los políticos. Las reservas hoteleras, al estar cerrado el perímetro de la comunidad, no podrán alojar a turistas nacionales que suelen ser habituales en estas fechas, ni los restaurantes poder dar comidas, a excepción de los ciudadanos de Cantabria, lo supone otro serio varapalo para las ya pésimas cuentas que arrastran este año de la pandemia.
Como único dato positivo es la posibilidad, todavía no aprobada, de establecer el toque de queda a las 23,00 horas aunque ayer Revilla volvía a ceder la responsabilidad a Sanidad al esperar que sea «comprensiva» y a partir del día 17 de este mes.
El Presidente Regional señalaba que «salvo que Sanidad me diga lo contrario, que una hora arriba o abajo sea de una incidencia grande en el tema de los contagios» y retrasar el toque de queda permitiría «un cierto alivio» a los restaurantes, dadas las costumbres españolas para ir a cenar y «irse a casa estando el toque de queda a las 22 horas pues hay que levantarse de las 21 horas prácticamente».