La decisión de la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, de nombrar como directora general de Cultura a la consejera destituida Eva Guillermina Fernández, no ha dejado de sorprender, por cuanto su cese este pasado miércoles había sido como consecuencia de su pésima gestión al frente de la Consejería de Cultura, Deporte y Turismo.
Este mismo viernes, en apenas 24 horas de destitución como consejera, Buruaga anunciaba su nombramiento como directora general de Cultura, en un movimiento bastante extraño, pues significa mantenerlas, aunque en un segundo escalón, en el puesto del que destituida por su mala gestión al frente, pasando a depender ahora del nuevo consejero y anterior subordinado suyo, Luis Martínez Abad.
Esta situación ha llevado a que el hasta ahora director general de Cultura, Juan Antonio González Fuentes, sea el que abandone su cargo y salgo de los cargos de confianza del Ejecutivo cántabro.
Para Buruaga esto «demuestra una gran generosidad y humildad al ponerse al frente de la Dirección General de Cultura», por parte de la anterior consejera, Eva Guillermina Fernández, como así ha señalado en su cuenta personal de «X» ( Twitter).
El acuerdo parece que se ha alcanzado a tres bandas entre Buruaga, el consejero del área, Luis Martínez Abada y la propia Eva Guillermina, pero al que ocurriera con su cese, pero lo cierto que lo mismo que la Presidenta no ha sabido explicar las razones claras de su cese, como Consejera, tampoco se ha explicado el motivo de nuevo nombramiento como directora general de Cultura, cuando su paso por la Consejería ha estado cargado de episodios bastante controvertidos tanto en cultura como en turismo, con una gestión bastante pésima.