La tensión entre los dos socios de Gobierno en el Ayuntamiento de Camargo, PSOE y PRC, se puede cortar con un cuchillo como consecuencia de la propuesta de adjudicación del contrato de limpieza viaria y recogida de residuos del municipio, donde los regionalista hablan de un «conflicto de intereses» entre los miembros del PSOE, incluida la alcaldesa, Esther Bolado, y la empresa Urbaser.

El grupo regionalista a acusado a la alcaldesa, Esther Bolado, de de «querer romper el pacto local», y ya han anunciado que mantendrá su voto en contra por «irregularidades» y «falta de transparencia» en la propuesta de adjudicación del contrato de basuras y por ello continuará con la paralización.

Han sido la secretaria general del Comité Local del PRC, Rosa Valdés, y el concejal del mismo partido, Eugenio Gómez, quienes han exigido que se garantice el funcionamiento de estos servicios «esenciales» como es el de la limpieza viaria y la recogida de basuras, hasta que se resuelva la actual situación, porque es «responsabilidad» del PSOE al ser sus competencias «desde hace 7 años», que están en la alcaldía.

El servicio de recogida de basuras y limpieza, por un importe de 21 millones de euros, y ante el cual Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC), el pasado 28 de julio, determinó que la paralización de la adjudicación del contrato adolecía de motivación y era injustificada.

Valdés, que ha acusado a la alcaldesa de «querer romper el pacto de Gobierno» de Gobierno con el PRC, y cree que el Ayuntamiento ha realizado una «dejación absoluta» de su deber, defendiendo a la empresa «antes que al criterio mayoritario del Pleno».

Por su parte, Eugenio Gómez, ha señalado que los informes de los técnicos municipales sobre el contrato «no eran todos favorables», y «no se han tenido en cuenta en ningún momento», porque «una parte de los miembros de la mesa de contratación obviaron la valoración de los técnicos» y adjudicaron «vía contrato menor» a una empresa externa una nueva valoración de las ofertas presentadas.

Según Gómez, la empresa mejor valorada por los técnicos municipales no era Urbaser, hasta que se pidió la valoración a esa empresa externa que «alteró el resultado del proceso», decidiéndose una cuestión «esencial» fuera del órgano competente, como es la mesa de contratación.

«Del expediente se deducen fundadas dudas de la cualificación de la empresa externa, porque el trabajo final no lo hizo ella, sino una tercera empresa, y el jefe del servicio de obras hizo constar en la mesa de febrero de 2022 que no se acreditaba la experiencia profesional de la empresa que hizo la valoración definitiva», ha señalado Gómez.

Por eso, Gómez ha dejado claro que estas «irregularidades» fueron denunciadas durante todo el proceso por el grupo regionalista y trasladadas en el Pleno de junio, donde tres de los cuatro ediles del PRC, votaron en contra de la propuesta de adjudicación del contrato de basuras y provocaron la paralización del proceso, porque «queremos un proceso limpio».

Para Valdés, Esther Bolado, ha actuado con una «total insensatez» y debe aclarar por qué el Ayuntamiento «está demostrando un especial interés» en defender a una empresa frente a las demás, así como explicar a los ciudadanos qué va a hacer para garantizar la prestación de los servicios, «porque está obligada por ley» y cree que el futuro del contrato podría acabar en los tribunales».

RETIRAN LA PORTAVOCÍA DEL PRC A HECTOR LAVÍN

El PRC, ha decidido retirar la portavocía del grupo en el Ayuntamiento de Camargo a Héctor Lavín, tras ser el único de su partido que voto a favor la propuesta de adjudicación del contrato de basuras, mientras que el resto de concejales regionalistas lo hacían en contra.

A partir de ahora, el PRC, ha vuelto a la disciplina de voto, y no dejará libertad para que su concejales voten sin una directriz del partido, como en este caso.

Por su parte la alcaldesa socialista de Camargo, Esther Bolado, ha asegurado que si la empresa presenta una reclamación patrimonial, «irá contra los concejales que voten en contra» y se pregunta el por qué el PRC «no deja hablar a Lavín».